CAPILLA DE SAN DIEGO

CAPILLA DE SAN DIEGO en VEGA DE ZARZA

La palara Catedral proviene de silla y se llama así al edificio religioso dónde tiene su silla el obispo, la Basílica se refiere a un edificio que sobresale sobre los demás y es morada de alguna autoridad su significado original es "Casa del Rey". La Capilla de San Diego, tiene silla y sobresale entre la Casa de Lisa y La Casa de Herminia pero no tiene obispo a diario por lo que se ha quedado en eso, en una Capilla, pero ¡que Capilla!.

Obsérvese el antes y el después de la restauración, lo que parecía una sucursal de la Virgen del Rocío con su blanco corporativo y las verjas, es hoy un edificio pétreo de estilo serio y mixto en el que aún se observan los diferentes estilos de los albañiles que han ido embadurnando las paredes a lo largo de los siglos. En su parte izquierda quedan restos de una ampliación mal rematada y en su parte derecha algunas raices de una hortensia mal arrancada.

Antes de la Restauración

El interior es sobrío, destacan el par de cruces pintadas por Antonia con Betún de Judea para que no desentonen con los tonos multiocres de las paredes. Una lámpara en el centro da luz a los feligreses los días de celebración y dos apliques estrategicamente colocados en la cabecera sirven para iluminar al oferente y hacen juego con la lámpara lo que da mas cohesión al conjunto y hace más entretenida la liturgia.

El altar alberga las Vírgenes de Romaneiro y Lexa, un San Antonio, de origen poco claro, pero de madera,  todos ellos presididos por San Diego, santo que según la tradición fue recuperado en una crecida del río Turía al que lo habían tirado los vecinos de Aguillón cansados de que no parase de llover. Lo cierto es que San Diego disfruta hoy de una Capilla restaurada con la devoción y el esfuerzo de los vecinos mientras que en Aguillón han establecido una fiesta pagana a finales de Agosto en la que la lujuria y la gula campan a sus anchas, el Santo ha ganado mucho con el cambio, tanto es así que algunos de lo más devotos ven una sonrisa en su cara desde que su morada está restaurada lo mismo que las dos Vírgenes que lo acompañan a las que también se les ha hecho un "lifting".

La puerta es obra del maestro carpintero José Manuel de Carpintería Penedo, un santo, a la altura del patrón y emulando al Gran Carpintero, no ha cobrado esperando a buen seguro una recompensa espiritual que tiene merecida y que para el Santo no habrá caído en el olvido.

Todos los detalles han sido cuidadosamente estudiados, la ranura de las limosnas está diseñada para admitir billetes de 500 euros doblados por la mitad para facilitar el proceso a los donantes pero entran también doblados en dos, tres y ¡hasta 4 veces! lo que la hace diferente a este tipo de ranuras más pensadas para monedas de escaso valor . La visión de los vecinos es que las limosnas en moneda están cayendo en desuso y las tendencias irán más encaminadas a los billetes e incluso tarjetas de crédito lo que no descarta que con el tiempo se instale un monedero electrónico con tecnología bluetooth para poder hacer la donación desde el "Banco do Poio" a la vez que se toma un respiro en el camino.

El 20 de Noviembre, la fecha no vincula el acontecimiento a otros hecho histéricos, inauguramos el monumento religioso con misa solemne oficiada por el cura con gaita, asturiana para más señas, y el fervor de decenas de personas que llenaron el recinto y ocuparon toda la explanada hasta la casa de Herminia sin que quedase puerta ni rincón dónde los emocionados feligreses siguiesen el acontecimiento. Según los organizadores asistierón más de 100 personas a la misa mientras que según fuentes del policía municipal la asistencia estuvo entre 75 y 80.

Por poner algún pero sólo la ausencia de las máximas autoridades municipales empañaron el acto, ausencia que no está justificada por "la caza del voto" ya que a día de hoy no quedan ateos en el pueblo que justifiquen una postura tan radical.

Terminados los fastos religiosos, la gente haciendo corros se daba la paz y preparaba los festejos del año 2011 a la vez que comentaba el precio de la ración de churrasco que se ofrecía por la tarde como colofón a un día festivo y de palmadas en la espalda.